RECITAL INFINITO

Intérprete ALEJANDRA RADANO
Compaginación musical DIEGO VILA / ALEJANDRA RADANO
Arreglos Musicales DIEGO VILA
Dramaturgia / Edición de Video FABIÁN LUCA

Fotografia EDUARDO TORRES
Maquillaje JUAN PONT LEDESMA
Diseño Gráfico GASTÓN MAJERSKY
Asistencia de Producción LUCIANA MILIONE
Dirección FABIÁN LUCA

“Encarno la no-metáfora enclaustrada en un propósito visual, aséptico e inodoro”.
Alejandra Radano Rando

Mientras ensayan el número “La mujer cortada en dos”, un mago y su asistente discuten por una supuesta infidelidad cometida por el joven. La discusión termina en un fatal accidente.

Una niña corre por una carretera. Se la ve angustiada, huyendo de algo ominoso que acaba de presenciar. La niña arranca la cabeza de su muñeca de plástico arrojándola con furia. La cabeza de goma rebota con tan mala suerte que va a parar al medio de la ruta. La niña cruza imprudentemente a recoger la cabecita de juguete.
Por una carretera, una mujer maneja velozmente un automóvil. Se la ve nerviosa, como si escapara de algo que la aterroriza. Para calmar su nerviosismo, la mujer enciende la radio. Al hacerlo, distraída, no se percata de que una pequeña niña está cruzando imprudentemente en medio de la ruta. La mujer intenta en vano frenar el automóvil, pero cuando atina a hacerlo ya es tarde: el auto se desliza hacia el cuerpito de la niña como en una película en cámara lenta. Ambas mujeres se encuentran en una última coda de hierros retorcidos.
Una mujer corre a la vera de una carretera. Se encuentra herida, sin embargo, continúa corriendo como para alejarse de algo aterrador. En medio del camino se topa sin saber cómo con una puerta, al abrirla, se encuentra en medio de una especie de laboratorio en donde sobre una camilla ve a una mujer extrañamente parecida a ella. Un hombre de blanco guardapolvo hace extrañas maniobras sobre el cuerpo de la muchacha. Finalmente le parece ver que el científico se acerca al cuerpo con un corazón en una bandeja. Al ver esto, aterrada, escapa nuevamente hacia la ruta.
Una pequeña niña juega con su muñeca de rulos al borde de una bañera. En un instante de distracción, la cabecita de rulos de la muñeca resbala cayendo al agua. La niña en el afán de recuperarla resbala cayendo al agua. En vano intenta salir de la bañera. Mientras desesperadamente intenta alcanzar el tapón de la bañera, cuando finalmente lo logra, ya es tarde: el agua fluye por el desagüe con una lentitud asombrosa. Cuando se vacía por completo, el cuerpo de la niña yace en el fondo de la bañera sosteniendo aún la cabecita de rulos entre sus manos pálidas y mojadas.
La mujer continúa caminando por la carretera. El ambiente se convierte en un fangoso pantano dificultándole la marcha. Está agotada, pero continúa su marcha. De pronto la vegetación se hace cada vez más espesa.

Para continuar andando, la mujer debe hacerse paso entre las totoras y los juncos con un hacha que encuentra a la vera del camino. Finalmente, sin poder vencer a la exuberante vegetación, resbala cayendo al pantano hundiéndose lentamente en él.
La muchacha ahora debajo del agua, nota que puede continuar respirando gracias a unas resplandecientes branquias que han brotado a los costados de su cuello. En el fondo del pantano, una orquesta de batracios la recibe con su música. La mujer se acerca a un micrófono totora y comienza a cantar mientras las parejas de sapos se agolpan en la pista al son de la música.
De pronto suena una Big-band y el cabaret se convierte en un espacio oscuro y extraño. La mujer se acerca a la cortina de fondo del escenario atravesándola. De otro lado de la cortina, entre penumbras vuelve a reencontrarse con episodios de su pasado reciente: escucha el chirrido áspero de la frenada de un automóvil y el ruido seco del paragolpes contra un cuerpo… luego ve pasar a su lado a una niña corriendo que se sumerge de un salto en el agua… más tarde, entre el sonido de las ambulancias y unos extraños ruidos de voces de radio, se topa con una puerta, al abrirla ve algo que la intriga y la atemoriza a la vez.

Allí, en medio de la nada, la mujer se encuentra frente a una enorme caja. Primero la rodea temerosa y luego, curiosa, intenta entrar abriendo como puede una de sus caras. Una vez adentro, escondiéndose detrás de unas jaulas, ve discutiendo a una pareja discutiendo. Se trata del mago y su asistente, que, durante el ensayo de su número, pelean por una supuesta infidelidad del joven. La muchacha le echa en cara al joven su traición. Este avanza ofuscado y sin querer empuja a la muchacha dentro de la caja trabando el mecanismo para que la mujer se libere de los dientes de la sierra. La mujer espía el incidente sin notar que del otro lado de las jaulas una pequeña niña contempla la misma escena aferrándose aterrada a su pequeña muñeca de rulos. El mago, inflamado, blandiendo el serrucho en el aire, arremete contra el cuerpo de la joven que no puede liberarse de la trampa. Cuando el joven comprende lo que ha hecho ya es tarde. Los gritos de la muchacha alertan a todo el circo que se aproxima para ver lo que ha ocurrido. La mujer, horrorizada, escapa y subiendo a su automóvil se lanza a toda marcha hacia la ruta. La pequeña niña, aterrorizada, huye entre lágrimas hacia la misma carretera. La gente del circo se agolpa alrededor de la infeliz pareja mientras unos fuegos artificiales estallan en el cielo plomizo de la noche iluminando la tragedia. FIN

Una pequeña niña, escondida detrás de unas cajas, presencia la pelea de un mago y su asistente. La discusión termina en un fatal accidente. La niña, horrorizada por el incidente, se lanza entre lágrimas hacia la ruta.
Corriendo, ahogada en llanto, arranca nerviosa la cabecita de rulos de su muñeca arrojándola con furia hacia la ruta. La cabecita rebota y va a parar al medio de la carretera. La niña, arrepentida, cruza imprudentemente la calzada sin notar que un automóvil avanza raudo hacia ella. En un instante fatal, la niña se encuentra bajo las ruedas del vehículo.

Un quirófano.
Un cirujano entra al recinto aséptico y frío de un quirófano. Blandiendo sus manos enguantadas, hace señas a las enfermeras para que acerquen las camillas. Las practicantes ingresan con dos camillas portando los cuerpos de dos mujeres. El cirujano se acerca parsimoniosamente a una de ellas y al descubrirla nota horrorizado que se trata del cuerpo casi sin vida de su mujer que ha atropellado a una niña en la ruta. Durante la cirugía, el médico descubre que no puede salvar a ambas pacientes y toma la difícil decisión de poner el corazón de la mujer en el pequeño cuerpo de la niña. Finalmente, la pequeña abre los ojos al tiempo que la mujer cierra los suyos para siempre. Ambas mujeres se han soñado durante la cirugía cruzando sus destinos inexorablemente.